Fecha
- From: 2 julio, 2019
- To: 18 agosto, 2019
- Starting at: 09:00 AM
- Finishing at: 12:00 AM
Noticia original publicada en el diario El Espectador
2 Jul 2019 – 6:49 PM
Por: Daniel Grajales Tabares
Una idea de dualidad, de opuestos, es la que desarrolla la muestra de Juan David Laserna en la Galería Santa Fe. /
Una cancha de baloncesto no convencional ocupa el mayor espacio en la exposición Claustros, liceos y gimnasios, con la que el artista Juan David Laserna, ganador del Premio Luis Caballero 2017, inaugura una de las salas de la nueva Galería Santa Fe, ubicada en la Plaza de la Concordia, en el Centro de Bogotá, a unos metros del tradicional Chorro de Quevedo. Es un viaje al universo escolar, ese a veces escondido, a veces aislado, porque factores como la seguridad hacen que su interior se resguarde y no permita una apreciación detallada, particular y certera de qué es lo que hay más allá de la puerta, de las fachadas, de las ventanas y muros del colegio, de la escuela.
Esta no es una cancha cualquiera, se trata de una instalación de formas irregulares, con uno de los tableros para encestar elevado a la izquierda, y el otro, el de la derecha, muy bajo, como para hacer fácil anotar un punto a un lado y exigir mayor eficacia en el lanzamiento al otro. Son básicamente dos formas triangulares (una de pie y otra acostada) las cuales el creador acompaña de la demarcación con líneas propias de este deporte, en toda la mitad del lugar, como si se tratara del patio de un colegio, donde nada tiene la misma forma, las mismas reglas, las mismas condiciones espaciales. Cabe precisar que las canchas usadas en la instalación central son las que antes estaban en el Parque de la Concordia, antes de toda su intervención y transformación, lo cual potencia que estén ahí, en ese nuevo espacio cultural que es la Galería Santa Fe.
Y es que es precisamente esa idea de dualidad, de opuestos, la que desarrolla la muestra, que concetra la mayor volumetría en este objeto elaborado en pino y triplex, con dimensiones de 10M de largo, 3M de alto y 3M de ancho; donde además el espectador puede contemplar una serie de fotografías y un mural central (8,40M de ancho X 4,10M de alto), hecho en capas de pintura directamente sobre el muro, que, en conjunto, dan muestra de cómo ve Laserna el universo escolar, después de meses de inmersión en él, permitiendo al mismo tiempo que cada quien viaje a él como mejor le parezca, para ver puertas, ventanas, uniformes, paisajes, colores, contrastes. Otros podrían ver una crítica a las leyes que impone cada claustro.
Si bien hay diferentes lecturas, se puede apuntar la mirada a qué es lo que ha querido el creador: “Quería hacer un índice relativamente completo de ejemplos de arquitectura escolar que fueran dicientes de los momentos ideológicos de la arquitectura escolar, pero eso no se logró del todo, aunque sí hay un panorama. Algunos colegios se negaron, otros no tenían hermanos gemelos o no los incluimos porque no logramos en el tiempo la gestión con comunidades como las religiosas, que son a veces más difíciles”. Al parecer, al creador le interesaba pensar que esos equipamientos escolares de los últimos 20 años “eran revolucionarios, porque la inteligencia arquitectónica se estaba poniendo en marcha, con diseños de autor, de importancia, lo que quería poner en conversación con los últimos 100 años”, explica el ganador del Premio Luis Caballero 2017.
Sobre la serie fotográfica se apunta que sintetizar el conjunto estudiante-infraestructura-contexto. Son fotos reveladoras. Las faldas más altas o más bajas, los pantalones prensados o los jeans, el uso de chaleco y saco, o simplemente los rostros de los estudiantes, el colorido o el tenue todo del colegio, crean en las mentes de los visitantes a la exposición. Pueden pensar en dónde hay mayores libertades, mayores exigencias, mejores condiciones físicas para estudiar o qué lugar invita más a permanecer las jornadas escolares.
Por esto, el artista interviene el espacio de manera objetual, hablando de lo físico, de la infraestructura escolar, de las maneras en que varía según las ideologías, las posturas políticas y religiosas, los niveles socio-económicos y los devenires históricos cada claustro, colegio o liceo, en cada gimnasio, entendiendo que la cancha de baloncesto es apenas una metáfora, porque no siempre hay de ellas en los establecimientos educativos, pero precisando que uno de los elementos relacionados a la formación tiene que ver con el deporte. Acepta que no hay verdades particularmente ligadas a los estratos en la educación, sino que más bien cada lado de la balanza obedece a privilegios diferentes. A su vez, plantea un debate sobre cómo están pensadas las infraestructuras educativas y de qué manera se asumen, tanto por quienes las construyen como por quienes las habitan.
Laserna da cuenta de cómo, desde hace más de dos decenios, la construcción de infraestructuras educativas puso de pie a importantes arquitectos y democratizó un diseño de primera a todos los niveles, lo cual genera una conversación entre lo contemporáneo, lo moderno y lo clásico, pasando por lo histórico y lo no convencional. Esto, que se puede ver al fondo en la serie de fotografías de gemelos uniformados, fotografiados en sus entornos escolares, delante de las moles de cemento, Laserna lo empezó a prueba en 2010, cuando abrió la puerta al universo interior de la educación. Ahora, hasta el 18 de agosto, con entrada gratuita en la Galería Santa Fe, invita a un recorrido visual por una arquitectura que prolifera en el país. Las fotografías comenzó a hacerlas en abril de 2018 y las terminó en mayo de 2019.
“Quería ver si me encontraba igualdad, usé como metáfora los gemelos, los uniformes. La exposición cuenta experiencias diversas, con sus grados de ventaja y desventaja, en esa medida se puede relativizar que la educación es mucho más compleja que lo que se representa en los enunciados administrativos, es una experiencia visual enriquecedora, en cuanto los colegios tienen esa necesidad de resguardarse de lo publico es un cuento como secreto, hay un imaginario. Hay una posición crítica, sin ser un contrapunto entre lo público y lo privado, porque no funcionan como antítesis, pero sería absurdo pensar que las brechas sociales no están expresadas ahí, porque lo están, todos lo sabemos”, detalla el creador.
El mural de gran formato ubicado en la pared central del espacio, hecho en vinilo sobre muro, es una superposición capa sobre capa de cuadros estadísticos, que no son representación de ningún indicador real, ya que el artista los usa para expresar cómo la estadística es un mecanismo de presentación de la experiencia humana, con lo cual trae a la mesa una manera muy técnica de pensar cómo la experiencia de los seres humanos se cuenta, se mide, lo cual, dice, “trae algo útil, pero también lo siniestro, porque en la lógica de la función pública se necesitan números, indicadores, lo cual significa que somos fácilmente numerables”.
Finalmente, se vale decir que Laserna abre el debate de la construcción de colegios como acto gubernamental y promesa de gobierno, diciendo que hace más de 20 años se volvió un indicador político prometer cuántos colegios va a hacer el candidato que gana y cuántos ejecutó quien termina la jornada.