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Conversaciones malévolas de dos moscos en leche

El proyecto es una consecuencia directa de mi investigación de hace muchos años, en la que dibujos,  collage, grafismos y publicaciones relacionadas con el cómic y el fanzine, ahora se convierten en una ambiciosa e intrincada instalación que incorpora objetos, materiales, estructuras escenográficas, mecanismos de acción y video. Se propone crear un espacio donde el espectador entra a una especie de sucesión de viñetas cargadas de un humor y un patetismo muy particular.

Andrés Frix

El trabajo de Andrés Frix es de gran pertinencia en el campo del arte actual, con una estética muy coherente que reflexiona visualmente sobre las  relaciones, las ambiciones y los fracasos humanos a varios niveles personales, psicológicos y sociológicos. 


Día 1:  No he podido sacarme la mosca de la cabeza

Bajo un estilo frenéticamente apresurado, algo perceptible en los pequeños detalles que afloran en la superficie de color, algunos constituyen meditaciones vagas. Colores que no están utilizados por su credibilidad representativa, sino por su potencia expresiva, un espació ficticio que se configura en los términos de la instalación (como un mundo real construido en cartón papel y tela) que otorga a su narrativa una veracidad artificial y asfixiante desde lo reconocido y lo cotidiano. Busca el contraste uniendo, principalmente telas de colores y compensándolas a la vez con texturas probablemente capturadas de fanzines y cómics. 


Día 2: Gérmenes, animalitos y basuras

Inclinación hacia lo que hay de inferior en la vida. Lo que se esconde aparece en primer plano. Como los seres apelotonados de ojos sorprendidos, tres piernas, seis ojos, o lo que es lo mismo, todos los gérmenes, animalitos, basuras, restos de comida y demás elementos imaginables e inimaginables que con los años se acumulan en espacios tan invisibles, o quizás olvidados. Todos ellos son producto de la fantasía, o mejor, de la pesadilla, y evocan todo un mundo ajeno al control y a las apariencias.


Día 3: Ya no esperamos que algo suceda

La creación de entornos “do it yourself”. La factura simple, económica e inmediata  busca el contraste uniendo principalmente telas de colores, cartón, papel y  las compensa con una proyección sobre estas mismas, algo que recuerda elementos adquiridos desde diferentes lenguajes de interés: universos paralelos generados desde contextos como el cómic, la herencia adjudicada del dadaísmo, el frikismo pseudocientífico de la ciencia-ficción y de la negra memoria underground que tanto place al sector siniestro de nuestro pop.


Día 4: Seria mente estúpido y no estúpida mente serio

Horas de trabajo en el taller, inmerso en un solo ideal: El rechazar la realidad, hacerse el de las gafas, el de los oídos gordos, perderse en las formas y los pliegues del papel, buscar una escapatoria a tanta coherencia metida a fuerza de uso. Un paso sigue al otro, los pies en el piso, arriba y abajo. La burocracia de lo cotidiano. Intentar, como mínimo intentar.


Día 5:  Chungo neo informalismo tropical

 A través de la yuxtaposición, el montaje, el bricolaje, la fotocopia;  se establece cada proyecto a partir de una combinación siempre cambiante de los elementos, creando un entramado con encuentros, grietas y colisiones inesperadas, abraza el conflicto a través de la fricción de los diferentes fragmentos, una fricción que juega con repeticiones arbitrarias, rupturas y contrastes.