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Pinto. Deseos, escalas y tiempos.

Pinto. Deseos, escalas y tiempos es la compilación y lectura transversal de un conjunto de imágenes que provienen de: la historia del arte universal y de Colombia, logotipos, archivos digitales y los registros de los cambios de color en un conjunto de edificios en el sur de Bogotá. El uso de un texto como elemento aglutinante y narrativo se basa en un personaje que por medio de sus trabajos y experiencias reflexiona y encadena lo que ve con lo que hace. 

Sobre Luis Hernández Mellizo

Luis Hernández Mellizo estudió Artes Plásticas y Visuales en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad Nacional de las Artes en Buenos Aires. Su trabajo es fundamentalmente visual y se ajusta a cada proyecto, sus obras se alimentan de contextos locales puestos en consideración con otros, la resignificación de los discursos sociales y los convenios sobre lo artístico. Su trabajo actual pretende establecer vínculos entre la labor del artista y el resto de la clase trabajadora.


DÍA 1

Pinto quiso pintar la Creación, supo que era una parte de un mural.

Pinto siempre pensó que las imágenes de pinturas que veía en los libros eran una delgadísima capa de pintura sobre un papel, de tal manera que se hizo la idea de que el recubrir una superficie de un color era la pintura. La habilidad para disponer esos colores, en ese orden, sobre una superficie, cualquiera que fuere…

Pinto, en su rebusque para ver si podía pintar, vendió frutas que compraba en abastos y, en un impulso, quiso hacer de esas frutas hermosos bodegones , el combo frutas y pinturas sonaba sabroso y bello, pero no ando. Siguió teniendo bajos ingresos.

 

 


DÍA 2

Pinto quiso pintar para hacerse una vida, pintó edificios de apartamentos y las paredes de los museos, y veía pinturas. Él no podía escoger el color ni la forma, solo vendía su tiempo, haciendo algo que le parecía una práctica para poder alguna vez hacer lo que había visto en los libros y salas de los museos. Mientras pintaba notó que la Creación se le parecía a Horizontes y luego a El hombre, el overol y la brocha. Y luego, al logotipo de la marca de pinturas. Así pensó que un pintor pintaba lo mismo que el anterior, pero en su propia versión, como un círculo vicioso.

 


DÍA 3

Pinto no tenía mucho tiempo, entre trabajo y trabajo pintando paredes se cansaba mucho y no podía pintar. Notó que quienes se podían dedicar a pintar no tenían la necesidad de hacerse una vida con eso. Pinto notó que había personas que pensaban que la pintura era un refugio de los que no tienen nada que hacer y pensó, que si lograba eso, se dedicaría a pintar. Pinto con su Inglés quiso ser como Walker, pero para pintar… Juanito Pinto, un Jhonnie Painter. Pero recordaba la frase de un pintor:

“(…) En ocasiones me he visto precisado a trabajar sin amor ni entusiasmo por cumplir un encargo, por hacer obra pagada y mal pagada y, ya lo he dicho, he tenido que acometer toda clase de trabajo para resolver el problema del día. Esa es la vida”.

 


DÍA 4

Pinto se cansó de pintar toda la vida, de andar arrodillado y en andamios, nadie pensaba en pintar como él. Con el tiempo se dio cuenta que del trabajo duro solo queda el cansancio. Cada capa de pintura sobre cada pared de museo y del exterior de los edificios no tendrían la misma mística.

Pinto dejó de pintar. Lo reemplazó un pintor que no se arrodillaba.

 


DÍA 5

Pinto salía de su barrio obrero y pasaba por los edificios que pintó muchas veces por la Avenida Agoberto Mejia rumbo a Abastos por las frutas que intentó vender y pintar; todas esas paredes que pintaba de diferentes colores año a año eran su obra. Aunque no había escogido el lugar, ni el color, era él el autor, pues con cada cambio, y a lo largo de los años, se había convertido en el artífice de ese paisaje colectivo espontáneo aleatorio, después nunca supo llamarlo de otra manera sino con esos adjetivos sumados.

Esas capas de pintura sobre esas paredes correspondían a su versión de las pinturas que veía en libros, solo que en un formato mucho más grande, tanto que no se podía ver de una sola vez, sino en el transcurso de un par de kilómetros. Un trabajo de muchos años, esa fue su Creación.