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Homenaje al Maestro Eduardo Ramírez Villamizar. 100 Años

El maestro Ramírez Villamizar nació el 27 de agosto de 1922. Para conmemorar su trabajo en los 100 años de su nacimiento, el Museo de Arte Moderno Eduardo Ramírez Villamizar en Pamplona, Norte de Santander (su ciudad natal) y el Instituto Distrital de las Artes – Idartes se han aliado para realizar una corta retrospectiva de su obra, pensada para las redes sociales.

No resulta fácil resumir la vasta producción de las obras del artista. Nos hemos propuesto realizar pequeñas cápsulas de la obra que sintetizan su paso por diferentes técnicas y estilos. Sus óleos de fines de los años cincuenta, sus relieves en madera de los años sesenta, las variadas construcciones en metal a las que dedicó sus últimos años… Un corto recorrido para entrever el trabajo del maestro Eduardo Ramírez Villamizar.


Día 1: Pinturas

El maestro Ramírez Villamizar inició su carrera como artista en la Universidad Nacional de Colombia donde en principio estudió Arquitectura, mientras trabajaba en sus primeras pinturas en acuarela sobre papel. Posteriormente, decidió cambiar de carrera e ingresó a estudiar Arte y Decoración en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia, momento crítico en su obra en el que empieza a experimentar con óleo sobre lienzo.

En 1947, la Universidad del Cauca lo invitó a pasar una temporada en la ciudad de Popayán, donde trabajó por siete meses junto al escultor Édgar Negret. Años después el artista viaja a París, Francia, donde inicia su trabajo en la geometría y la abstracción. 

Obligado por su precaria situación económica, Ramírez regresó a Bogotá en 1952. En sus obras se empiezan a notar sutiles transformaciones de la figuración hacia la abstracción. Este mismo año presentó en la Biblioteca Nacional de Colombia una de las primeras exposiciones de arte abstracto en Colombia. Así inició su camino como uno de los pioneros de la abstracción en el país.


Día 2: Transición

En 1957, Ramírez Villamizar recibió el encargo de realizar la obra de arte público más ambiciosa hasta el momento en Colombia: El Dorado (1957-1958), un mural de dimensiones monumentales para el lobby del nuevo centro de operaciones del Banco de Bogotá, en la carrera Décima con calle Catorce. En un principio se esperaba que el artista hiciera una pintura mural abstracta, pero las peculiaridades del espacio arquitectónico lo llevaron a concebir una solución más tridimensional. Realizó entonces un relieve abstracto-geométrico en madera, el primero de los muchos relieves que produciría el artista, los cuales dejan ver el paso que recorre de la pintura a la escultura, y al manejo del volumen.

Los relieves blancos de Ramírez Villamizar tuvieron una acogida significativa en el mundo artístico americano. A pesar de su éxito en la pintura, en 1960 Ramírez Villamizar abandonó esta técnica y durante los siguientes cuatro años se dedicó a producir exclusivamente relieves en madera

En abril de 1962 presentó por primera vez en Colombia sus relieves en la galería El Callejón de Bogotá.


Día 3: Escultura

El cambio del relieve a la escultura no fue en principio una ruptura definitiva y radical. La primera escultura exenta conocida de Ramírez Villamizar, Homenaje al poeta Gaitán Durán (1964), es en realidad un relieve doble. Consiste en dos paneles de madera pintados en blanco, cada uno de los cuales tiene un diseño geométrico que se repite de manera invertida en el otro lado.

Al igual que en sus relieves de principios de los años sesenta, la escultura de esta época (mediados de los años sesenta) es principalmente de color blanco. Recibió el primer encargo para hacer obras públicas en Estados Unidos. Realizó la escultura blanca de gran formato Columna y seis relieves en madera para el recién inaugurado edificio del American Bank en Manhattan del arquitecto Paul Damaz. A finales de 1966 inauguró una exposición individual en la galería Graham de Nueva York, fue su primera exposición exclusivamente de escultura. En 1971 participó en el Simposio Internacional de Escultura organizado por la Universidad de Vermont. Hizo su primera escultura monumental en concreto: Cuatro torres. Ramírez utilizó principalmente ángulos y líneas rectas para formar una composición con un espíritu arquitectónico marcado.

1975-1976 Dedicó un poco más de un año a construir seis esculturas de mediano formato exclusivamente para la XXXVII Bienal de Venecia de 1976. Fue elegido como el único representante de Colombia para la exposición. Las seis esculturas son bastante diferentes de lo que venía haciendo hasta el momento. Todas son de metal pintado con esmaltes rojo y negro y se caracterizan por ser de formato horizontal-Hasta 1997 Continuó trabajando en esculturas de hierro oxidado.


Día 4:  Escultura en espacio público Bogotá

Instaló en el nuevo Parque Tercer Milenio de Bogotá la escultura Puerta Parque Tercer Milenio. En el 2007 se instaló en el campus de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá la escultura monumental en hierro oxidado Doble arco caracol. La obra, de siete metros de altura, forma parte del Parque de los Maestros Abstractos de la universidad.

Regresó definitivamente a vivir a Bogotá y se instaló en su casa-taller en el barrio Suba. El trabajo con módulos, ángulos y líneas rectas de Cuatro torres (1971) y Columnata (1972) lo repitió en la obra Dieciséis torres que regaló en 1974 a la ciudad de Bogotá. Fue instalada en un bonito lugar silencioso y lleno de naturaleza en los cerros orientales (Parque Nacional) de la capital colombiana. En Dieciséis torres, Ramírez multiplicó el módulo original de cuatro columnas (usado en sus otras dos esculturas de concreto) por cuatro, obteniendo una gran estructura de 16 columnas isomórficas. 

En 1994 donó a la ciudad de Bogotá la escultura monumental Doble Victoria Alada. La pieza fue ubicada en la Avenida Eldorado.

“Durante mucho tiempo pensé que valía la pena hacer grandes obras, para que se salieran de los museos y de las colecciones particulares para integrarse a la ciudad y al campo y con las cuales la gente pudiera casi interactuar. He tenido la suerte de que muchos de mis proyectos para esculturas monumentales pasarán de maquetas a ser arte de grandes dimensiones.” 

“Mi escultura de Colombia, del Parque Nacional colocada encima del parque, ¿por qué está allí?, me pregunta la gente. Lo que pretende es que al haber obras de arte ahí, se salve ese bello lugar, se conserve como parque, como lugar de recreación, para que las gentes lo aprovechen, lo gocen. Cuando hago una escultura pública me interesa mucho el paisaje, los árboles, los pastos, las montañas… son hechos por la naturaleza y me interesa el contraste entre lo hecho por la naturaleza.”